Imagínate un árbol que es como si representara la vida, en el que hay frutos. En la vida a nuestros frutos se les denomina nuestros “resultados”; y si: no nos gustan, no hay suficientes, son demasiado pequeños o no saben bien; entonces, ¿qué tenemos tendencia a hacer?
La mayoría pone aún más atención y concentración en los frutos. Es decir, en los resultados.

Pero ¿qué es lo que en realidad crea esos frutos concretos? Lo que crea esos frutos son las semillas y las raíces. Lo que hay bajo el suelo, lo que no se ve: lo invisible (inconsciente); que es lo que crea lo que se ve: lo visible (consciente).


Y ¿eso que significa?

Significa que, si quieres cambiar los frutos, tendrás que modificar primero las RAÍCES. Si quieres cambiar lo Visible, antes deberás transformar lo Invisible.